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Aproximadamente una de cada diez personas en el mundo pasa hambre, y eso no está bien. Cuando Nehemías se enfrentó a la injusticia, primero ayunó y rezó.
Este año, en la Celebración de la Esperanza, ayunaremos y rezaremos del 15 al 20 de abril. Puedes comer sencillamente o sacrificar algo más, todo en un esfuerzo por hacer crecer tu corazón ante los retos a los que se enfrentan las personas que sufren inseguridad alimentaria en todo el mundo. Al igual que Nehemías, ayunaremos antes de pasar a la acción, y después daremos colectivamente una ofrenda a nuestros socios mundiales, asegurándonos de que cada día haya menos personas que pasen hambre.
Los conflictos siguen siendo la principal causa del hambre, ya que el 70% de las personas que padecen hambre en el mundo viven en zonas afectadas por la guerra y la violencia. La crisis ucraniana ha provocado escasez de alimentos entre los más pobres del mundo, ya que la Federación Rusa y Ucrania suministran el 30% de las exportaciones mundiales de trigo, el 20% de las de maíz y el 80% de las de semillas de girasol. Los precios mundiales de los fertilizantes han subido incluso más deprisa que los de los alimentos, que se mantienen a su vez en máximos de diez años. Además, en Ucrania vemos los efectos de obligar a la gente a abandonar sus hogares, acabar con sus fuentes de ingresos y destrozar la economía de un país.
La crisis climática es otra de las principales causas del fuerte aumento del hambre en el mundo.Las crisis climáticas destruyen vidas, cosechas y medios de subsistencia, y minan la capacidad de las personas para alimentarse.
Queremos crear espacio en nuestras vidas y conciencia en nuestros cuerpos para la obra que Dios pueda hacer a través de nosotros. Aprovecha este ayuno como una oportunidad para pensar de manera diferente sobre los alimentos que comes y los alimentos que las comunidades de todo el mundo pueden comer.
Del 15 al 20 de abril, come de forma sencilla (legumbres, cereales y agua) para ofrecer alianzas a muchas de las comunidades en las que sirven nuestros socios. Las legumbres, como las alubias, las lentejas, la soja, los garbanzos y los cacahuetes, son ricas en nutrientes, proteínas y fibra y constituyen la columna vertebral de muchas dietas en todo el mundo. Los cereales, como el trigo, el arroz, la avena, la harina de maíz, la cebada y el maíz, son nutritivos, bajos en grasa y constituyen la parte dominante de la alimentación de la mayoría de las culturas.
Si eliges simplificar tus comidas y no comer fuera, sin duda ahorrarás dinero. Te retamos a que dones ese dinero a nuestros socios mundiales mediante una donación a Celebración de la Esperanza.
Aunque el ayuno se asocia a menudo con la comida, sabemos que hay muchas otras cosas a las que puedes renunciar para crear espacio para que Dios se mueva. He aquí algunas ideas para ayunar sin comer: