Hemos explorado cómo podemos adorar el dinero o usarlo para adorar. No podemos servir a la vez a Dios y al dinero, así que ¿cómo nos liberamos del ciclo de gastos y deudas?
¿Cómo es que el dinero y todo lo que conlleva -gastos, ahorros, deudas, presupuestos- nos da una idea del estado de nuestros corazones? Jesús nos muestra que se trata de algo más que el dinero.
¿Qué ocurre cuando ayudar a los demás se convierte en parte de tu identidad? O peor aún, ¿qué sucede cuando crees que el cambio en el mundo o en la vida de alguien depende únicamente de ti?