Nuestros hijos y alumnos se plantean preguntas difíciles sobre Dios, la fe, la vida y la cultura, y a menudo acuden a Internet o a sus amigos en busca de respuestas. ¿Cómo podemos, como iglesia, ser un espacio seguro para las preguntas y apuntar a la sabiduría de Dios como respuesta? Preguntas que se hacen nuestros hijos nos ayudará a hacerlo.