A primera vista, el libro de los Proverbios parece una lista de lo que se debe y no se debe hacer. Pero en realidad, el libro de los Proverbios fue escrito por un padre a un hijo con un amor y un deseo increíbles de que ese hijo viviera su vida mejor y más sana. Un buen padre desea la prosperidad de sus hijos, y Dios, como buen padre, desea que vivamos sabiamente y bien para que podamos evitar angustias innecesarias, vivir con seguridad y evitar las trampas y las trampas a las que todos somos tan susceptibles.