No te limites a hablar de ello. Sé tú mismo.
Jesús desafió a los líderes religiosos que decían las cosas correctas y se adherían a la Ley, pero sus vidas y relaciones no reflejaban el amor y la gracia de Dios. Jesús mostró que lo que hay en el interior -y lo que fluye hacia el exterior- es más importante que las palabras que decimos o la apariencia que tenemos (Mateo 23:13-36).
Esta desafiante llamada de auténtica devoción a Dios obligó a Santiago a escribir sobre cómo es una vida de fe. Este mes de julio, nos adentraremos en el libro de Santiago para aprender sobre la fe que funciona. No nos limitemos a hablar de ella, sino que hagámosla realidad.