Una gran historia de regreso viene después de una dolorosa temporada de contratiempos y letargo. Después de un año y medio en el que el mundo ha estado completamente apagado, las pérdidas se han acumulado, los eventos se han cancelado y las relaciones se han deteriorado, creemos que nuestro mundo está listo para levantarse. La Palabra de Dios nos da un ejemplo tras otro de personas que superan los obstáculos para entrar en una nueva esperanza y un futuro, y estamos orando para que nuestra familia de la iglesia y los vecinos vean que esta novedad está disponible para ellos también; que contra todo pronóstico nos levantemos, perseveremos y, gracias a Jesús, experimentemos una nueva vida, una nueva victoria y una nueva esperanza.