La alimentación de los 5.000 demuestra que incluso los actos de fe más pequeños pueden dar lugar a milagros increíbles. Al igual que el niño con su almuerzo en Juan 6:1-15, todos tenemos un papel que desempeñar en la difusión de la esperanza y en causar un gran impacto, ¡no importa lo poco que pensemos que tenemos!