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Cada persona ha sido puesta en la Tierra por Dios, y Él tiene un propósito para todos nosotros. Cada uno de nosotros tiene una miríada de razones por las que estamos aquí, aunque no podamos verlo.
Cuando las circunstancias de la vida nos deprimen, puede ser difícil discernir nuestro propósito y cómo seguir adelante. ¿Qué impacto tiene realmente mi vida? ¿Sería el mundo mejor sin mí? No, no lo sería. Dios te puso aquí por una razón. Incluso las partes más difíciles de tu vida pueden ser utilizadas para el bien en el plan de Dios.
Esta semana, el pastor Dave nos enseña de Jueces 3 y Efesios 2:10 para ayudarnos a enfrentar la mentira más dañina del diablo: que no importamos.