Los niños tienen grandes sueños. Tienen ideas, entusiasmo y no saben que, a veces, esos sueños son casi imposibles.
Se me desbordan los ojos al escribir este pensamiento inicial y, con dolor, lo admito: me pregunto el porqué del sufrimiento al menos cada dos días.
¿Alguna vez has guardado una oración porque seguir esperando era demasiado difícil?
Como muchas personas cuyos padres se divorciaron, en el fondo, el niño pequeño que hay en mí todavía quiere que le tranquilicen...
Mientras visitaba a unos amigos en Kentucky, asistí a su estudio bíblico después del servicio religioso. Nunca lo olvidaré.
En mi tercer día en la zona de Chicago, conocí a Laura. Durante los siguientes 29 años y contando, ha sido una amiga fiel y cariñosa.
Al leer Hechos 2, somos testigos de un acontecimiento increíble que cambió el curso de la historia de la humanidad.
Cada vez que planto algo en mi jardín, espero que crezca. ¿Por qué? Porque así es como se supone que funciona.
Mientras mi mujer, nuestros dos hijos preadolescentes y yo volvíamos a casa desde Chicago en nuestra furgoneta Dodge de 1988...