Es desgarrador ver cómo el joven rico con el que se encontró Jesús fracasa en la prueba de la riqueza.
Creo que no entendí lo que significaba realmente depender de Dios hasta que tuve mi propio negocio.
Hace muchos años, mi marido y yo teníamos una existencia bastante pobre. Teníamos trabajos mal pagados, estudios de posgrado y deudas universitarias...
Como niño de los años 70, me encantan los discos de vinilo. El sonido de una aguja en los surcos del disco es diferente a cualquier otra experiencia de escuchar música.
¿Cómo sería si eligiéramos vivir en contra de las normas sociales y nos esforzáramos por vivir la misericordia como lo hizo Jesús?
Los valores del Reino exigen vulnerabilidad, que parece debilidad, pero que en realidad requiere fuerza y valor.
A veces, extender la misericordia requiere práctica. Por nuestra cuenta, dar misericordia es imposible de hacer. Lo bueno es que no tenemos que hacerlo solos
Nuestro Dios es un Padre amoroso y misericordioso. No hay ofensa demasiado grande para que Jesús la cubra. En su rica misericordia, Él siempre nos abrazará y nos alejará del acusador que busca el castigo.
La misericordia no depende de nuestra bondad o falta de ella. La Biblia dice que todos han pecado y están destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3:23).