Corrí en atletismo en el colegio y siempre sentí que era un deporte individual y de equipo. Cuando me ponía en la línea de salida, sentía la presión: dependía de mí.
Perdonar es difícil. Realmente lo es. Esto se debe a que va en contra de la naturaleza humana. La naturaleza humana o el instinto suelen sugerir que si alguien nos pega, debemos devolver el golpe, con más fuerza.
¿Qué quiso decir Jesús cuando dijo a sus discípulos: "que vuestra luz brille ante los demás"? Hace muchos inviernos, después de cuatro o cinco pulgadas de nieve (antes de que los sopladores de nieve fueran comunes)
Jesús nos consuela y, al mismo tiempo, nos advierte en Mateo 12:37: "Porque por vuestras palabras seréis absueltos, y por vuestras palabras seréis condenados".
En Willow, hablamos mucho de amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Hacerlo requiere que interioricemos que todos queremos y necesitamos cosas similares.