No soy una entusiasta de los jardines, pero me gusta la hierba verde. Parece que a mi vecino le gustan los dientes de león. Vale, en realidad no les GUSTAN los dientes de león, pero...
Tenía 25 años, acababa de divorciarme, vivía en un pequeño estudio con electrodomésticos en miniatura, mesas de cajón de leche, un gran corazón roto y la determinación de recomponer mi vida.
Todos sabemos cómo refresca una ducha fresca después de pasar el día al sol. O cómo refresca una taza de té antes de pasar la tarde cuidando a los niños del vecino.
Pablo envía esta carta a unas cuantas personas: Filemón, amigo y compañero de trabajo; Apia, hermana; Arquipo, compañero de milicia; y, a su iglesia doméstica.
Mi suegra se atrevía a hacer peticiones. Por ejemplo, era famosa por preguntar a sus hijos si querían helado.
¿Ha visto alguna vez el movimiento "pagar para dar"? ¿O de alguien que ayuda a un desconocido cuando tiene mala suerte?
Al reflexionar sobre la súplica de Pablo a Filemón, me parece conmovedor cómo Pablo está dispuesto a pedir a Filemón que perdone las malas acciones de Onésimo.
De pequeña, recuerdo lo imposible que le resultaba a mi madre vigilarnos a todos.
Hay dos maneras de trivializar la gracia. La primera es la que Judas advirtió: usar la gracia como una licencia para pecar.