Preste atención a su sabiduría

Lindsey Zarob, Directora de Contenidos, Central Ministries | 26 de febrero de 2025

Escucha, hijo mío, la instrucción de tu padre
y no abandones las enseñanzas de tu madre.
Son una guirnalda para adornar tu cabeza
y una cadena para adornar tu cuello.
Proverbios 1:8-9


Este pequeño, que dependía completamente de nosotros para todo, ocupaba de repente todo el espacio de la habitación. Acabábamos de llegar a casa del hospital con nuestro primogénito, y yo era muy consciente de su presencia por encima de cualquier otra persona. Mis padres estaban recogiendo sus cosas y asegurándose de que teníamos lo que necesitábamos cuando mi padre se sentó frente a mi marido y a mí, nosotros en el sofá y él en una silla. Hombre de pocas palabras, nos miró a los dos con sinceridad y preocupación y dijo: "Esto", señalando a nuestro bebé recién nacido, "se irá dentro de 18 años. Esto", señalándonos a mi marido y a mí, "se quedará. Aseguraos de cuidar de esto porque esto seguirá existiendo cuando ese pequeño se haya ido de casa". Era un recuerdo esencial hecho a mis treinta y pocos años. 

Un poco más adelante, ese pequeño es ahora un estudiante de secundaria un poco intratable, lo que me recuerda a diario a mi propio yo intratable cuando tenía esa edad. Al igual que mi hijo, a su edad no tenía ni idea de que no lo sabía todo. Estaba segura del camino que debía seguir y segura de que sabía más que mis padres. Lo que no sabía entonces, lo que sé ahora y lo que recuerdo cuando pienso en ese recuerdo central de mis 30 años, es que quienes nos han precedido -en particular nuestros padres (ya sean biológicos o espirituales)- a menudo tienen sabiduría que ofrecernos si tan sólo les escuchamos. 

La Escritura de hoy es una que podemos tener la tentación de relegar a una estación particular de la vida. Es decir, como madre de niños pequeños, quiero que mis hijos presten atención y obedezcan la sabiduría de esos Proverbios. Pero la verdad es que yo sigo siendo una niña -una niña adulta, sin duda, pero una niña al fin y al cabo- y, aunque mis padres y yo enfoquemos las cosas de manera diferente, prestar atención a sus consejos puede aportarme una sabiduría que yo no habría comprendido sin ellos. 

Mi madre y mi padre celebraron 46 años de matrimonio el pasado otoño. Yo diría que eso es una prueba bastante buena de que mi padre compartió con nosotros una sabiduría bastante buena en su día. Y voy a confiar en que, algún día, mi hija sentirá por mí y por mi marido lo mismo que yo siento ahora por mis padres. 

Próximos pasos

Algunos de nosotros tenemos relaciones complicadas con nuestros padres. Si ese es tu caso, busca la sabiduría de personas piadosas que puedan ayudarte a llenar ese vacío de sabiduría en tu vida. 

Si tienes unos padres sabios con los que mantienes una buena relación, quizá hoy sea un buen día para hacerles saber que les aprecias.