Ojos adoradores

Dan Lovaglia, Pastor del Campamento Paradise | 10 de enero de 2025

Cumple los mandamientos del Señor, tu Dios, obedeciéndole y venerándole.
Deuteronomio 8:6


Hace años participé en un retiro intensivo y recuerdo claramente los ojos de quienes facilitaban la experiencia. Había algo en sus ojos que me atraía. Era una comunidad de personas transformadas cuyos corazones eran imperfectos pero puros en su relación con Dios. Sus ojos eran experimentados, tiernos y esperanzados. Yo no sabía cómo conseguirlos, pero quería tener lo que ellos tenían: ojos adoradores, obedientes y reverentes hacia el Padre celestial.

Los ojos son fascinantes. Más que la forma o el color, me hipnotiza cómo hablan los ojos. Puedes mirar a alguien, como hice yo en mi retiro, y en un abrir y cerrar de ojos, darte cuenta de algo más que lo que hay en la superficie. Tus ojos y los míos revelan lo que ocurre en nuestro interior. Muy sutilmente, nuestra personalidad, sentimientos, experiencias y afectos afloran a través de la forma en que nuestros ojos se muestran en el momento. Alegría. Asco. Anticipación. La curiosidad. Agitación. Paz. Culpa. Arrepentimiento. Determinación. Los ojos son una ventana al alma, pero una de las miríadas de maneras en que Dios pesa nuestra adoración a Él.

En Una larga obediencia en la misma dirección, Eugene Peterson advierte: "La persona de fe mira a Dios hacia arriba, no hacia él o hacia abajo. ...Si no adopta esa postura, le costará responder atentamente a las órdenes del Señor". Mirar hacia arriba revela un corazón que honra al Señor como forma de vida, no sólo cuando canta alabanzas o le sirve. Sí, hay un momento para inclinar la cabeza reverentemente. Pero los ojos que se resisten o no pueden mirar a Dios pueden indicar temor malsano, arrogancia o pecaminosidad. Tus ojos y los míos exponen la verdadera postura de nuestro corazón hacia nuestro Padre celestial.

Los ojos adoradores se ganan a pulso-por el sacrificio de Cristo y nuestro sacrificio como seguidores vivos de Él. Si quieres saber cómo están tu corazón y tu fe, mírate al espejo. Mejor aún, pregúntale a alguien qué cree que revelan tus ojos sobre ti. Este ejercicio revelador podría abrirte los ojos para amar al Señor más obediente y reverentemente mientras buscas adorarlo de todo corazón.

Próximos pasos

Últimamente, ¿miras más hacia arriba o más lejos de Dios? ¿Qué hace que escondas tus ojos de tu Padre celestial: el ajetreo, la ira, el pecado, el miedo, la culpa, la vergüenza? Si deseas adorar a Dios más obediente y reverentemente, díselo en oración y pídele que elimine todo lo que te detiene.