¿Está bien gritar "falta" a Dios?
Dan Lovaglia, Pastor del Campamento Paradise | 13 de enero de 2025
¡Relájate, Señor! ¿Cuánto tiempo pasará?
Ten compasión de tus siervos.
Sácianos por la mañana con tu amor indefectible,
para que cantemos de alegría y nos alegremos todos nuestros días.
Alégranos por tantos días como nos has afligido,
por tantos años como hayamos visto aflicción.
Que tus obras sean mostradas a tus siervos
tu esplendor a sus hijos.
Salmo 90:13-16
¿Alguna vez has gritado "falta"? Los niños lo hacen todo el tiempo en el patio de recreo. Lo hacen los jugadores de baloncesto, los futbolistas e incluso los jugadores de pickleball. Probablemente tú lo has hecho mientras jugabas a juegos de mesa, trabajabas con compañeros o cuando alguien se sienta en tu asiento asignado.
Llorar es parte de la vida. Si creemos que alguien ha infringido una norma, gritamos falta. Si alguien nos regaña, gritamos "falta". A veces tenemos razón y a veces no, pero está bien gritar "falta" y ver hasta dónde llega. Pero aquí hay una pregunta más importante: "¿Está bien quejarse con Dios?"
Cuando me enfrento a una crisis, a veces tengo pensamientos y sentimientos contradictorios hacia Dios. Sé que Él no es un árbitro cósmico, pero mi mente y mi corazón se enredan, y también mi fe. Me pregunto por qué el Señor me deja pasar por...inserte aquí algo difícil de afrontar. Incluso me pregunto por qué Dios está haciendo que suceda en primer lugar. Y, honestamente, me pregunto si tengo derecho a quejarme con Dios Todopoderoso o no.
Los Salmos nos hacen saber que está bien acudir a nuestro Padre Celestial por cualquier cosa. Dios no nos da la espalda cuando le gritamos porque nos parece que está lejos. No nos rechaza por cuestionar Su juicio sobre cómo van las cosas en el mundo. No nos dice que no gritemos cuando estamos disgustados por los retos que afrontamos, las injusticias que encontramos o el dolor que sentimos. Él puede manejar, incluso da la bienvenida, a nuestro conflicto interior y confusión. En lo que se refiere a las faltas, el Señor nunca se deja desconcertar por una bandera amarilla lanzada en su dirección. Él sabe perfectamente si hubo falta o no y nos ama de cualquier manera.
Tú y yo podemos apoyarnos en pasajes como el Salmo 90:13-16 porque está bien clamar con Dios. Es bueno identificarse con otros que clamaron a Él y lo desafiaron igual que nosotros hoy. No importa lo que enfrentemos o sintamos, el Señor es fiel y digno de confianza. Hoy, tú y yo podemos gritar y estar seguros de que nuestro conflicto interior no puede alejar el amor y la compasión infalibles de Dios cuando más los necesitamos.
Próximos pasos
¿Cuándo te has enfrentado a un reto en la vida y te has puesto a llorar? Si luchaste con Dios por ello, ¿qué pasó? ¿Cómo te sentiste por dentro antes y después? Considera discutir estas preguntas con un amigo o con tu grupo pequeño esta semana.
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