Sed pastores deseosos de servir

Laurie Buffo, escritora voluntaria, South Barrington | 5 de noviembre de 2024

A los ancianos de entre vosotros hago un llamamiento como compañero y testigo de los sufrimientos de Cristo, que también participará de la gloria que se ha de manifestar. Sed pastores del rebaño de Dios que está a vuestro cuidado, velando por él, no porque debéis, sino porque queréis, como Dios quiere que seáis; no persiguiendo ganancias deshonestas, sino deseosos de servir; no enseñoreándoos de los que os han sido confiados, sino siendo ejemplos para el rebaño. Y cuando aparezca el Pastor Principal, recibiréis la corona de gloria que nunca se marchitará.
1 Pedro 5:1-4


Hoy es día de elecciones. Es hora de votar a la persona que creemos que gestionará mejor los retos en casa y en el extranjero. Puede ser una decisión cargada de emociones, especialmente si pensamos que nos encontramos en un momento crítico de la historia. Algunos votantes confían en su candidato, y otros sienten que están eligiendo el mal menor. En cualquier caso, podemos estar tranquilos sabiendo que el resultado de las elecciones no sorprenderá a Dios. Podemos aceptar los resultados, creyendo que ningún líder puede hacer tambalear el plan de redención de Dios cuando Jesús regrese.

Jesús preparó a sus discípulos para liderar y establecer su iglesia. Pedro tenía un gran talento para el liderazgo, pero era impulsivo y demasiado confiado. Cuando Jesús reveló el plan de Dios para su sufrimiento y muerte, Pedro protestó enérgicamente. Él lo estaba viendo basado en su limitada comprensión humana. Pensaba que se estaba entrenando para una posición de honor con el rey que derrocaría el dominio romano. Pedro no tenía ni idea de que estaba con el REY que derrotaría al mal y establecería un reino eterno. Por eso, Jesús le reprendió por valorar más los intereses humanos que el plan de Dios.

Después de que Judas abandonara la celebración de la Pascua para traicionarle, Jesús dijo a los once discípulos restantes que se apartarían. Pedro juró con orgullo que nunca renegaría de Jesús, pero lo hizo. Habiendo negado a Jesús no una sino tres veces, quedó devastado y lloró amargamente. Después de su resurrección, Jesús reincorporó amorosamente a Pedro, ordenándole que apacentara a sus corderos y cuidara de sus ovejas.

Pedro se tomó muy a pecho la metáfora del pastoreo, recordando que Jesús la utilizó para referirse a sí mismo. En el pasaje de hoy, Pedro escribe a los ancianos como un líder a otro. Habiendo aprendido de la experiencia, les anima a ser pastores que velan tiernamente por sus ovejas. Deben servir con entusiasmo y estar motivados para agradar a Dios, no por presiones. Les advierte que eviten la tentación de manejar mal los fondos de la iglesia o de enseñorearse del rebaño. Por el contrario, deben predicar con el ejemplo. Cuando se sientan desanimados, deben confiar en que las recompensas futuras compensarán cualquier sufrimiento presente. Los ancianos serán reivindicados cuando el Pastor Principal regrese para reinar en la gloria. Todos sabrán que los pastores acertaron.

En este día de elecciones, usemos el poder de la oración para pedir que nuestro próximo presidente sea un pastor que sirva por todas las razones correctas. Recemos también para que aprendamos de Pedro a no cuestionar el plan de Dios, aunque los resultados de las elecciones no tengan sentido para nosotros. Pidamos sabiduría para poner nuestra esperanza en el divino Pastor Jefe, no en el humano Comandante en Jefe.

Próximos pasos

¿Cómo puede prepararse para la posibilidad de que su candidato preferido no gane? ¿Cómo puedes dejar espacio para celebrar con algunos y acompañar a otros en su decepción?