Una ofrenda de aleluyas

Anokina Shahbaz, escritora voluntaria, Huntley | 22 de noviembre de 2024

Y si alguno da aunque sea un vaso de agua fría a uno de estos pequeños que son discípulos míos, de cierto os digo que no perderá su recompensa.
Mateo 10:42

Por tanto, como pueblo elegido por Dios, santo y amado, revestíos de compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia.
Colosenses 3:12


"Así que alzo mis manos, Y te alabo una y otra vez, Porque todo lo que tengo es un aleluya. Y sé que no es mucho, Pero no tengo nada más digno de un Rey, Excepto un corazón cantando aleluya". 

Esta letra de la hermosa canción de Brandon Lake "Gratitude" capta la insuficiencia de nuestra respuesta a la gracia salvadora de Dios. Todo lo que podemos ofrecer es un aleluya. A veces, en nuestro estado quebrantado, todo lo que podemos ofrecer ante Él es ninguna palabra, sólo un silencio desesperado. 

Sin embargo, Dios, en su misericordia celestial, se alegra de nuestra ofrenda, por exigua que sea, siempre que vaya acompañada de un corazón que busca seguirle. El gesto más pequeño no pasa desapercibido para Dios, tanto si va dirigido a Él como a otras personas. Como ilustra el versículo de hoy en Mateo, incluso un acto tan sencillo como ofrecer un vaso de agua fría a alguien que tiene sed es digno de recompensa en el reino de Dios. 

¿Cuándo fue la última vez que alguien hizo por ti un acto de bondad aparentemente pequeño que significó un mundo? Son momentos que permanecen con nosotros. Como seguidores de Cristo, no sólo tenemos la preciosa oportunidad, sino también la responsabilidad de ser su luz en un mundo oscuro. Como dice en Gálatas 6:2, debemos "llevar los unos las cargas de los otros, y así [cumpliremos] la ley de Cristo". 

Llevar cargas puede adoptar muchas formas: la bondad es una de ellas. ¿Cómo puede la bondad aliviar nuestras cargas? Recordándonos nuestra humanidad común. Siendo la herramienta con la que realmente nos vemos los unos a los otros. Si vamos a ser definidos como seguidores de Cristo sólo por nuestras acciones, que sea por la bondad que mostramos a los demás. Ofrezcamos aleluyas allá donde vayamos, repartiéndolos con espíritu de compasión, buscando glorificar a Dios a través del servicio. 

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