Tus pelos están contados

Mary Olsen, escritora voluntaria, South Barrington | 4 de octubre de 2024

Tú me has buscado, Señor,
y me conoces.
Tú sabes cuándo me siento y cuándo me levanto
percibes mis pensamientos desde lejos.
Tú disciernes cuando salgo y cuando me acuesto
conoces todos mis caminos.

Antes de que una palabra esté en mi lengua
a ti, Señorlo sabes todo.
Salmo 139: 1-4

"En efecto, todos los cabellos de vuestra cabeza están contados...".
Lucas 12:7


Hubo una temporada en la que mi hijo adolescente estuvo muy enfermo y, como consecuencia, luché con Dios. Nunca perdí la fe en Su divinidad o en mi hogar eterno con Él, pero decidí que Él no estaba involucrado en los detalles cotidianos que yo había pensado anteriormente. Pensé que Él había prometido el cielo, y que hasta entonces estábamos solos. La mayor dificultad fue perder mi propia identidad. Gran parte de mi identidad estaba ligada a mi visión de Dios. Me tambaleaba, pero seguía hablando, y a veces despotricando, contra Dios.  

Uno de los momentos decisivos ocurrió a finales de agosto de ese año. Antes de volver a la escuela como profesor, me sentí motivado para rezar por un colega. No era habitual. Éramos amigas, pero no especialmente cercanas. Un día se lo comenté en el pasillo y me preguntó qué día había rezado. Cuando se lo dije, me dijo que era el día en que su marido se había sometido a una operación quirúrgica. Luego me dijo que desafiaba a Dios a que le mostrara "una cosa buena" que saliera de este lío de salud con su marido. Era mi oración. Le hablé de mi lucha con Dios y le expliqué que escuchar esto de ella fue un gran avance para mí. Por fin podía ver de nuevo que Dios realmente está íntimamente involucrado en los detalles. 

Desde entonces, hablo con Dios constantemente, sobre todo de las cosas que, entonces, creía que no le importaban. Él ha cerrado el círculo. Ahora, nunca pongo en duda que Dios se preocupa por cada aspecto de mi vida. Me acuerdo de Lucas 12:7. La mayoría de nosotros no sabemos cuántos cabellos tenemos en la cabeza. Pero Dios sí lo sabe: cada mechón está numerado. Él nos conoce mejor que nosotros mismos.

Te animo a acercarte a Dios con cualquier lucha que tengas para ver Su verdadera naturaleza. Me viene a la mente Marcos 9:24: "...creo; ¡ayúdame a vencer mi incredulidad!".

Próximos pasos 

Reza esto conmigo: Señor, ayúdanos a todos a verte correctamente. Ayúdanos a conocer tu personalidad y a comprender mejor tu carácter. Todos tenemos prejuicios por experiencias que pueden desviarnos de tu verdadera naturaleza. Tanto como nuestras mentes y almas humanas puedan soportar, muéstranos tu gloria. Cuanto mejor te conozcamos, mejor podremos amarte y servirte.