¿Dónde estuviste el domingo?

Dan Lovaglia, Pastor del Campamento Paradise | 17 de septiembre de 2024

El Señor dice:
"Esta gente se acerca a mí con su boca
y me honran con sus labios
pero su corazón está lejos de mí.
Su culto hacia mí
se basa en reglas meramente humanas que les han enseñado".
Isaías 29:13


En 1986, el cómico de Saturday Night Live Dana Carvey presentó al mundo a Enid Strict, La Dama de la Iglesia. Escuche con atención y aún oirá su voz chillona y engreída citada hoy: "Vaya, qué especial". La Dama de la Iglesia escuchaba de buen grado las excusas para faltar a la iglesia, vestirse mal, ir al cine o lo que fuera, pero ninguna razón era lo bastante buena. Su autoproclamado papel en la comunidad de fe era sencillo: dar la razón a lo que estaba bien (a sus ojos, no a los de Dios) y señalar con el dedo a quien estuviera mal (a sus ojos, no a los de Dios).

Tristemente, Dana creó este famoso personaje satírico basándose en las interacciones de su familia de primera mano. Su madre llevaba a la familia a una comida los domingos y era recibida con miradas de reproche por ausentarse demasiado a menudo del servicio matutino. ¿La respuesta de Dana? Se burló públicamente de la piedad engreída de la que hacen gala demasiadas personas religiosas. Y dio en el clavo, como Isaías en Isaías 29:13.

Las preguntas sobre la asistencia a la iglesia (y otros comportamientos cristianos) me dan escalofríos. Sí, creo que los seguidores de Jesús deben reunirse regularmente, idealmente cada semana, para adorar sinceramente, discipular, compartir, servir y evangelizar. Pero aparecer en persona en la iglesia no significa que el corazón de una persona esté presente o posicionado hacia Dios. El fariseísmo, el legalismo y la vergüenza van en contra del evangelio. Cristo vino a traer amor, perdón, alegría y paz, no normas y reglamentos gravosos. Hay un tiempo para el rigor y la disciplina, incluso para la responsabilidad, pero si priorizamos el cumplimiento religioso sobre el afecto humilde hacia Dios, no damos en el blanco.

Todos somos una bolsa de mezcla cuando se trata del estado de nuestros corazones ante el Señor. La última cosa de la que tú o yo necesitamos ser culpables es de degradar a otros sin sopesar nuestra propia conciencia, motivos y acciones. Nadie es perfecto, aunque cualquiera que confía y sigue a Jesús es hecho justo como parte de la familia de Dios. En lugar de preguntar: "¿Dónde estuviste el domingo?", quizá podamos decir simplemente: "Te eché de menos. ¿Cómo te va esta semana?".

Próximos pasos

La hipocresía se produce cuando malinterpretamos los comportamientos externos como signo de amor sincero a Dios. Haz una lista de las actividades que crees que los cristianos deberían hacer con regularidad. Luego, repasa la lista e identifica una o dos que a veces haces por una razón equivocada. Pide perdón a Jesús y renueva tu corazón hacia Él.