Panes y peces

Mary Olsen, escritora voluntaria, South Barrington | 13 de septiembre de 2024

Permaneced en mí, como yo permanezco en vosotros. Ningún sarmiento puede dar fruto por sí solo; debe permanecer en la vid. Tampoco vosotros podéis dar fruto si no permanecéis en mí.
"Yo soy la vid; vosotros, los sarmientos. Si permanecéis en mí y yo en vosotros, daréis mucho fruto; separados de mí no podéis hacer nada.
Juan 15:4-5


Los problemas del mundo pueden parecer enormes, abrumadores y complejos. ¿La mera magnitud te mueve a alzar las manos, inmovilizado? Los problemas de la época de Jesús también eran enormes, intensos y complicados. Jesús podría haberlos resuelto todos con una palabra. Pero no lo hizo. 

Si queremos modelar nuestras vidas según el ejemplo de Jesús, debemos recordar cómo se relacionaba con el mundo. La mayoría de las veces, leemos sobre interacciones individuales, como la de la mujer junto al pozo, a la que Jesús ordenó que fuera a contárselo a sus amigos y vecinos, o la del endemoniado que fue curado y al que Jesús ordenó: "Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales lo mucho que el Señor ha hecho por ti..." (Marcos 5:1-20). La tecnología moderna ha iniciado una comunidad global, pero seguimos llegando a ella persona a persona.

Algunas personas tienen la capacidad de instituir reformas masivas, pero yo no soy así. No doy sumas impactantes como los filántropos ricos, ni transmito mensajes innovadores a las masas. ¿De qué sirve mi granito de arena? ¿Cómo ayudó el niño que dio sus panes y sus peces a Jesús? Su pequeña contribución en las manos del Maestro alimentó a miles de personas. 

Mientras intento mantenerme unida a la vid y obedecer las indicaciones del Espíritu Santo, rezo: "Señor, estoy haciendo tan poco, y esta tarea que me has encomendado parece tan trivial. Confío en que en tus manos será engrandecida como los panes y los peces".

Aprendí esto cuando era estudiante de secundaria. Hice un montón de adornos que no se vendieron en la pequeña feria de artesanía, así que los envié por correo a varias personas con una nota personal. Una de las amigas más íntimas de mi madre dijo que le llegó el día en que estaba profundamente afligida por la muerte de su marido. Este pequeño regalo le hizo sonreír y sentirse recordada y querida. Me sorprendió esta respuesta porque me estaba deshaciendo de objetos no deseados que no quería tirar. El tiempo empleado en hacerlos y el resultado de que sobraran servían para un bien mucho mayor. ¿No es así nuestro Dios? Utiliza lo que tenemos y nos da suaves lecciones por el camino. 

Próximos pasos  

Pide a Dios que dirija tus pasos. Tal vez te esté llamando a iniciativas significativas, pero puede que se trate de una persona o de una interacción. Él busca tu obediencia y tu conexión con la vid. Recuerda: Él no te ha pedido que arregles el mundo; sólo que cumplas tu parte.