La fidelidad es esencial

Nancy Hatcher, escritora voluntaria, South Barrington | 25 de septiembre de 2024

No dejando de reuniros, como algunos tienen por costumbre, sino animándoos unos a otros, y tanto más cuanto veis que aquel día se acerca.
Hebreos 10:25


Al estudiar Hebreos hace un tiempo, aprendí que los nuevos seguidores de Cristo tenían dificultades para mantener su fidelidad o fidelidad, a Dios. 

Mientras estaba de pie junto a la parrilla de mi terraza, intentando asegurarme de que el pollo no superara los 165 grados, miré la maceta de cilantro marchita y sin semillas de la que era responsable al principio del verano; suspiré. Dios espera mi fidelidad a Él, a mi esposo, a mi familia, a mis amigos y a la iglesia, pero ni siquiera pude mantener sano mi cilantro. Al menos saqué el pollo de la parrilla a tiempo, esa vez. 

Mientras lees esto, el otoño está en marcha. Escribo esto en verano, mi estación más peligrosa. "¿Por qué?", te preguntarás. Porque en verano ando bastante suelto. Nuestra escritura de hoy nos da una pista de por qué el verano es peligroso para mí: porque voy a la deriva. 

La Escritura dice: "No dejéis de congregaros". Pero no quiero que te hagas una idea equivocada; no soporto cuando no puedo adorar a Dios en nuestra iglesia un domingo. Entonces, ¿por qué el verano es tan duro para mí si todavía estoy en la iglesia?

Es porque mis grupos pequeños se reúnen de manera diferente en los meses más cálidos. Nos reunimos para divertirnos, no para estudiar. Necesito su amor y sabiduría, y sí, necesito confesarles mis pecados. Así de profundo es nuestro amor. El versículo de hoy también dice que necesitamos animarnos unos a otros. Mis grupos pequeños hacen esto por mí, pero no puedo sostener mi crecimiento cuando descuido las inmersiones profundas en las Escrituras.

Ayer recogí dos pepinos de nuestro huerto. Tenían la misma forma y el mismo color, pero probé los dos porque los iba a servir a los invitados con el pollo que he mencionado antes. Uno era amargo y el otro tan dulce como puede serlo un pepino. No tenía ni idea de por qué, así que lo busqué en Google. Resulta que el proceso de riego tiene mucho que ver. 

Yo-nosotros debemos regar nuestros corazones diariamente leyendo las escrituras, orando, y haciendo crecer nuestras raíces fuertes y sanas. También debo añadir que la adoración, unidos en Cristo Jesús, el Salvador de nuestro mundo, también es esencial.  

Próximos pasos

Lee y medita Hebreos 10. La Biblia dice que debemos escribir las Escrituras en nuestro corazón. ¿Cómo logrará esto en su vida? Si no has probado antes a memorizar las Escrituras, quizá ahora sea un buen momento para hacerlo. Otra manera es sumergirse en la Biblia en comunidad. Considera unirte a un grupo Sauce hoy mismo.