Tiembla

Ed Miskovic, Escritor Voluntario, Huntley | 25 de julio de 2024

Si algunas de las ramas han sido desgajadas, y tú, aunque eres un brote de olivo silvestre, has sido injertado entre las otras y ahora compartes la savia nutritiva de la raíz del olivo, no te consideres superior a esas otras ramas. Si lo haces, considera esto: Tú no sostienes a la raíz, sino que la raíz te sostiene a ti. Dirás entonces: "Las ramas fueron desgajadas para que yo pudiera ser injertado". De acuerdo. Pero fueron desgajadas a causa de la incredulidad, y tú te sostienes por la fe. No seas arrogante, sino tiembla.
Romanos 11:17-20


"¡Señor, que no vuelva a pisar este edificio de la iglesia!". Eso fue hace unos veinte años. Me enfureció la decisión de un pastor de volver atrás en el tiempo y reintroducir los himnos en el culto. Respondía a la carta de una anciana. Le conmovió su petición de escuchar los himnos de su infancia. 

Me opuse. Habíamos pasado por demasiados trastornos emocionales cuando nos alejamos del servicio dominical con coros de túnica, himnarios de banco, campanilleros y organistas. En mi opinión, no había vuelta atrás; sentía que había habido demasiado dolor durante los años de cambio. Sin embargo, el pastor no estaba de acuerdo y decidió que añadiríamos himnos al culto.

En mi mente, el culto tradicional y el culto de alabanza eran incompatibles. Y así, salí de aquella congregación con bastante arrogancia, pensando que me sacudía el polvo de los pies. Quizá si hubiera aplicado los versículos de hoy, Romanos 11:17-20, habría sido menos obstinado. En su mensaje a la iglesia, Pablo recordó a los creyentes gentiles que habían sido injertados en Israel. Tanto ellos como los judíos conversos dependían de la misma raíz. Los creyentes gentiles no eran superiores a sus homólogos ni más favorecidos por Dios en modo alguno.

Pero a mi punto, Pablo da un buen consejo a los creyentes gentiles, "No sean arrogantes, sino tiemblen". Eso se aplicó a mí cuando no apoyé los cambios dentro de mi iglesia. Cuando dejé la congregación, no temblaba como sugiere Pablo. Pero lo hago ahora, en retrospectiva. Estaba injertado en la misma raíz antigua que se había convertido en la iglesia. Los estilos musicales van y vienen, pero la raíz dura para siempre. El culto moderno no es superior a los antiguos himnos. Lo que importa es la unidad de la familia de Dios.

Próximos pasos

En el fondo de tu corazón, sabes si hay asuntos en tu vida eclesial que te molestan. Considera enumerarlos y responder a la pregunta para cada uno. A la luz de Romanos 11:17-20, ¿qué te está pidiendo el Espíritu Santo que hagas?