Ahora es el tiempo del juicio sobre este mundo; ahora será expulsado el príncipe de este mundo. Y yo, cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí". Dijo esto para mostrar la clase de muerte que iba a tener.
Juan 12:31-3

Os ruego que se iluminen los ojos de vuestro corazón para que conozcáis la esperanza a la que os ha llamado, las riquezas de su gloriosa herencia en su pueblo santo, y su poder incomparablemente grande para con nosotros los que creemos. Ese poder es el mismo que ejerció cuando resucitó a Cristo de entre los muertos y lo sentó a su derecha en los reinos celestiales, muy por encima de todo gobierno y autoridad, poder y dominio, y de todo nombre que se invoque, no sólo en la era presente, sino también en la venidera.
Efesios 1:18-21

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Hay un tropo cinematográfico relacionado con un futuro distópico en el que, justo antes de que ocurra una escena crucial de desastre, se ve a un extra o personaje secundario sosteniendo un cartel que advierte a la gente de que "se acerca el fin". Este tropo pretende ser una muestra de ironía, humor o burla, pero también está relacionado con algo que muchos temen: que se acerca el fin del mundo tal y como lo conocemos. 

¿Y si te dijera que el fin del mundo tal y como lo conocíamos ya ha llegado, pero que en realidad es la noticia más gloriosa que puedas imaginar?

Durante su ministerio, Juan el Bautista predicó que el Reino de Dios estaba cerca. Imploró a la gente que estuviera preparada para el que lo cambiaría todo, el que introduciría algo completamente nuevo, el que bautizaría con fuego y redención. Declaró el derrocamiento del mundo tal como lo conocían, y lo dijo como algo muy bueno. 

Jesús mismo declaró que cuando fuera levantado en una cruz, resucitado de entre los muertos y ascendido al cielo, derrocaría al príncipe de este mundo y atraería a la gente hacia sí. Él estaba declarando un derrocamiento de los poderes de nuestro mundo y que los días de dominio oscuro no eran más-algo nuevo sería introducido que reuniría a la humanidad de nuevo a sí mismo. 

Más tarde, cuando oraba bendiciendo a la iglesia de Éfeso, Pablo se apoyó en estas palabras y declaró la autoridad y el dominio de Jesús sobre la iglesia con la suposición de que era algo a lo que ya tenían acceso. 

Esa es la gloria del Evangelio: que aunque hay dolor en la tensión de esperar el cumplimiento pleno y completo del regreso de Cristo, no estamos atrapados sin esperanza y sin acceso al reino de Jesús. El Evangelio es algo más que la promesa de un futuro mejor. El evangelio es la gloriosa libertad y el acceso al reino de los cielos que nos rodea. La promesa de que con Su ascensión, el mundo entero y todo su futuro fueron puestos bajo la autoridad del Rey Jesús. 

Así que sí, todavía hay quebrantamiento en este mundo, y la influencia de Satanás no ha sido completamente borrada, pero su autoridad sobre el mundo sí. Hay un Rey eterno y todopoderoso que reina y nos está atrayendo a cada uno de nosotros y declarándonos parte del nuevo reino. Ya está aquí. No tenemos que esperar. 

¡Te dije que era la noticia más gloriosa que puedas imaginar!

Próximos pasos

¿Hay algo en tu vida que te tiene preocupado o ansioso? Dedica algún tiempo a la oración imaginativa: Visualiza al Rey Jesús en su trono y entrégale físicamente lo que te preocupa. Acércate al trono con la confianza de que eres amado y querido en el reino de Jesús, y entrégale tu preocupación con la seguridad de que está bajo la autoridad de un rey bueno y perfecto.