"Y después,
derramaré mi Espíritu sobre todos los pueblos.
Vuestros hijos e hijas profetizarán,
sus ancianos soñarán sueños,
sus jóvenes verán visiones.
Incluso sobre mis siervos, tanto hombres como mujeres,
derramaré mi Espíritu en esos días.
Mostraré maravillas en los cielos
y en la tierra,
sangre y fuego y columnas de humo.
El sol se convertirá en tinieblas
y la luna en sangre
ante la llegada del día grande y terrible del Señor.
Y todo el que invoque
el nombre del Señor se salvará;
porque en el monte Sión y en Jerusalén
habrá liberación,
como el Señor ha dicho,
incluso entre los supervivientes
a los que el Señor llame.
Joel 2:28-32

---

El corazón me latía tan fuerte que podía sentirlo en la garganta. Cuando me puse la mano en el pecho, casi lo sentí fuerte; si el sonido tenía una sensación, era esa. Tenía los ojos muy abiertos y contemplaba la escena sentada en el sofá. Era una película que estaba haciendo que mi cuerpo pensara que necesitaba entrar en modo de huida o lucha. Era un poco intensa.

Estaba viendo la película Hurt Locker. Trata de una unidad de élite del ejército en Irak durante la guerra que se encargaba de desactivar explosivos. A menudo se encontraban en situaciones muy públicas y extremadamente peligrosas, como en medio de una calle donde hombres armados se escondían en los edificios circundantes a la espera de acabar con los soldados. 

Al ver una de las escenas, me sobrecogió la intrepidez del protagonista. Se acercó a un coche en medio de una calle abandonada y abrió lentamente el capó para mirar dentro y ver si allí estaba el explosivo, un explosivo que no sólo lo mataría a él y a sus compañeros, sino que también diezmaría los edificios circundantes. No percibí vacilación alguna en él. Sabía que estaba viendo una película, pero me sobrecogió el valor de este personaje. Y entonces tuve otro pensamiento, como seguidores de Jesús, sabemos que no importa a lo que nos enfrentemos, el mal no tiene la última palabra. Sin embargo, ¿acaso andamos con tanto coraje?

Los profetas hablaron del Día del Señor, que traería desastre y salvación. El pasaje de hoy describe este día aterrador en el que Dios viene a juzgar a todos los pueblos y poderes. También presenta la esperanza para todos los que conocen a Dios. En Hechos 2:16-21, Pedro cita el pasaje de hoy para explicar la efusión del Espíritu Santo en Pentecostés, indicando que los "últimos días" han comenzado. 

En estos últimos días, podemos caminar con más valor que el soldado de Hurt Locker, no porque seamos ignorantes o descuidados, sino porque sabemos que, aunque caminemos por tiempos oscuros, no tenemos por qué temer al mal porque Dios está con nosotros (Salmo 23:4). Nos consuela saber que un día Jesús volverá para hacer justicia, y todos los que invoquen su nombre serán salvos.

Próximos pasos

• Si hay algo que te causa temor hoy, escríbelo y ora sobre ello, pidiéndole a Dios que te muestre Su bondad y fidelidad en medio de tu temor.
• ¿Has empezado ya el plan de lectura del Nuevo Testamento? Si no es así, puedes encontrarlo en la app o en nuestra web. ¡Únete en cualquier momento! Nunca es demasiado tarde.