Así que el Señor dio a Israel toda la tierra que había jurado dar a sus antepasados, y ellos tomaron posesión de ella y se establecieron allí. El Señor les dio descanso por todas partes, tal como había jurado a sus antepasados. Ni uno solo de sus enemigos se les resistió; el Señor entregó en sus manos a todos sus enemigos. Ninguna de las buenas promesas del Señor a Israel falló; todas se cumplieron.
Josué 21:43-45

Por tanto, puesto que la promesa de entrar en su reposo sigue en pie, cuidemos de que ninguno de vosotros sea hallado falto de ella. Porque también a nosotros se nos ha anunciado la Buena Nueva, lo mismo que a ellos; pero el mensaje que oyeron no les sirvió de nada, porque no compartieron la fe de los que obedecieron. Ahora nosotros, los que hemos creído, entramos en ese descanso, tal como Dios ha dicho,
"Así lo declaré bajo juramento en mi ira,
'Nunca entrarán en mi reposo'".
Y, sin embargo, sus obras están acabadas desde la creación del mundo.
Hebreos 4:1-3

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Cada Cuaresma me tomo un descanso de las redes sociales. Lo que empezó hace muchos años como un intento de desarrollar una relación más sana con la tecnología se convirtió rápidamente en un ritmo anual útil y necesario. 

Me encantan las redes sociales. Me encanta ver lo que pasa en la vida de la gente que conozco, escuchar a los líderes de opinión y a los creadores de contenidos hablar de sus vidas y de los acontecimientos mundiales y, caramba, qué graciosa es la gente. Hay un sinfín de vídeos de gente divertida haciendo vídeos graciosos o comentarios para compartir con los amigos. 

Pero en las redes sociales no todo es alegría. Pueden reflejar rápidamente los problemas sistémicos de nuestra cultura: la comparación y los insultos, el consumismo y la envidia, el miedo y el juicio. Aunque puede ser fácil ver algunos de los daños más atroces que pueden causar las redes sociales (como el acoso, el alarmismo o la desinformación), los daños más sutiles pueden ser los más problemáticos y generalizados. La comparación. La hierba más verde. Ver la mejor versión de los demás. El "si sólo". 

Ese es el descontento que el enemigo ha querido para nosotros desde el principio. Si tan solo. Si Eva hubiera tenido conocimiento y sabiduría como Dios. Si los israelitas no hubieran escuchado a Moisés. Si Jesús fuera el rey conquistador que el pueblo judío esperaba. Si sólo tuviera este trabajo, este hogar, esta vida, esta... cosa diferente. 

Mientras vagaban por el desierto, en lugar de llevarlos rápidamente a lo siguiente, Dios pidió a los israelitas que descansaran. Que descansaran de recolectar comida y confiaran en que habría suficiente. Que descansaran de caminar milla tras milla y confiaran en que llegarían a su destino. Que descansaran del miedo a ser derrotados por gigantes y enemigos en sus tierras prometidas. Descansar de las formas de estar en el mundo que les dejaban con ganas de más, y confiar en que Dios estaba presente y les proporcionaba todo lo que podían necesitar. 

Pero en lugar de eso, eligieron rebelarse contra esa llamada al descanso y se encontraron vagando y preguntándose "si tan sólo". ¡Si no hubiéramos salido de Egipto, donde al menos teníamos comida! Si no hubiéramos confiado en Moisés, que nos trajo aquí para morir. ¡Si no hubiéramos seguido esta nube que nos conduce a la derrota por nuestros enemigos!

En última instancia, el descanso es cuestión de confianza. Es confiar en que se nos proveerá y en que estamos en el lugar donde debemos estar. Este tipo de descanso sabático proviene de confiar en el Señor con todo nuestro ser y nuestras historias. Es confiar en que Jesús superó los confines de nuestro mundo finito y tiene más bondad que ofrecer de la que podemos pedir o imaginar. Es dejar de lado el "si sólo" y abrazar las posibilidades y la paz a lo largo del camino de Jesús. 

Próximos pasos

¿Qué "si tan sólo" crees? Sin juzgar, dedica tiempo a terminar la frase "Si tan sólo ___________, entonces _____________" con cualquier pensamiento que te venga a la mente sobre tu temporada actual. Luego, dedica un tiempo a entregar cada "si sólo" a Dios. Considera formas en las que podrías ayunar o hacer un sabbat de cualquier cosa que pudiera ser una fuente de tu descontento (como un ayuno de las redes sociales, un descanso de las compras, o un sabbat de las noticias de la cultura pop).

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