Todos entramos ilegalmente

Dan Lovaglia, Pastor del Campamento Paradise | 25 de enero de 2024

Sed amables y compasivos unos con otros, perdonándoos mutuamente, como Dios os perdonó a vosotros en Cristo.
Efesios 4:32


¿Ha recibido alguna vez la visita inesperada de la policía en la puerta de su casa? Es inquietante, sobre todo cuando se trata de tus hijos de 9 y 11 años. Al parecer, su balón de fútbol cayó en el césped de nuestra vecina mientras estaba cortando el césped. Rápidamente corrieron a cogerlo y volvieron a nuestra propiedad como habían hecho durante años. Pero ese día, ella apagó el cortacésped, entró en casa y, poco después, un coche patrulla se detuvo delante de nuestra casa. (Insertar aumento del ritmo cardíaco por mi esposa y yo.) Todavía no tenemos claro por qué nuestro vecino hizo la llamada al 911. El agente no estaba muy preocupado por el delito de allanamiento, pero es una experiencia que nunca olvidaremos. Para ser justos, nuestro vecino tenía razón. Nuestros hijos cruzaron físicamente la línea. Pero, desde nuestro punto de vista, ella se pasó de la raya al llamar a la policía porque los niños eran niños.

Tardé mucho tiempo en darme cuenta de que todos entramos ilegalmente, a veces a propósito y a veces sin mala intención, pero somos culpables igualmente. Que yo no hubiera denunciado este asunto a las autoridades no significa que mi vecino se equivocara al hacer la llamada. Cuando mi corazón ha analizado esta situación más de una vez, me he dado cuenta de la importancia de sentir empatía cuando me siento atacada. Cuando me pongo en su lugar, me doy cuenta de que no esperaba que arrestaran a nuestros hijos, sino que pedía ayuda porque tenía miedo. No se sentía segura hablando directamente con nosotros y le preocupaba que se acercaran demasiado al cortacésped. Desde ese punto de vista, sus acciones tienen mucho más sentido y son mucho más fáciles de perdonar.

Hay gente amable, compasiva y que perdona, pero no todo el mundo está dispuesto a pasar por alto una ofensa. A decir verdad, tú y yo podemos caer en esta última categoría más a menudo de lo que nos gustaría. El mandato permanente de Efesios 4:32 no es sólo ser, sino llegar a ser y seguir siendo cada vez más como Cristo para con los demás. Reconocer que todos transgredimos y cruzamos la línea de vez en cuando en nuestra relación con Dios y con los demás nos ayuda a sentir empatía cuando alguien parece interponerse en nuestro camino.

Próximos pasos

¿A quién te cuesta perdonar? ¿Qué hizo y cómo puedes verlo desde su perspectiva? Pregúntale a Dios cómo le gustaría que dieras pasos para perdonarlos tal como Él te perdona a ti.