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Este fin de semana, el pastor Dave analizó en profundidad la historia de José: un niño que tenía sueños más grandes que la vida y que se convirtió en un joven en manos de una tremenda injusticia, que se convirtió en un hombre refinado por el fuego y posicionado para salvar una nación. 

Dios te ha inculcado un profundo deseo de propósito. Ha puesto sueños en tu mente y corazón sobre cómo te invita a unirte a su obra de restauración de todas las cosas. Pero esos sueños no serán baratos ni gratis, y a menudo tampoco llegarán rápidamente. Al igual que José, probablemente sabes lo que se siente al enfrentar obstáculos y retrasos significativos, angustia y desilusión, desánimo y desilusión. Probablemente hayas tenido momentos, días y semanas en los que hayas querido rendirte y tirar la toalla; momentos en los que te has sentido tan estancado y sin saber qué hacer que casi te paraliza. 

Entonces, ¿qué haces cuando te encuentras con ese obstáculo? ¿Qué haces cuando no sabes qué hacer ahora? 

Lo siguiente que es correcto. 

Es simple, pero puede ser arduo. Pero, como José, la determinación fiel de hacer lo correcto a continuación finalmente conduce a avances y a una trascendencia monumental. Nuestra mente, nuestro carácter y nuestra fe se definen y moldean en los momentos más cotidianos, simplemente haciendo lo correcto a continuación... contra las emociones, la lógica o el cinismo. 

Puedo ser un desastre al tomar decisiones emocionales (¿puedo tener un testigo?). Si estoy de mal humor, si me siento desanimado o derrotado, puedo fácilmente rendirme por creencias erróneas, un diálogo interno deficiente o cualquier otra razón. Cuando no sé qué hacer, cuando pierdo la visión del momento, del día o de la etapa de la vida; cuando pierdo la visión o me siento desanimado por el sueño que tengo, ¿qué es lo correcto a continuación?

Es un consejo que me dieron hace años y nunca me he arrepentido de haberlo seguido, pero a menudo me he arrepentido de haberlo ignorado.

A veces usamos la frase "no te limites a seguir el ritmo". Estoy de acuerdo con esa idea: no queremos vivir la vida sin hacer nada, ni desconectarnos de la pasión sincera. Pero hay momentos en que seguir el ritmo es justo lo que necesitamos. Nuestras emociones son mapas de ruta terribles. Nuestros corazones y sentimientos pueden engañarnos con tanta facilidad que nos convencemos de hacer lo que nos dicta el corazón cuando la sabiduría nos dice que elijamos, no que sintamos, lo correcto.

No tenemos que saber cada paso. No tenemos que rendirnos. Simplemente debemos presentarnos y elegir las siguientes palabras, las siguientes actitudes, las siguientes acciones correctas, y luego dar el siguiente paso correcto, y así sucesivamente.

¿Cuales son los sueños que Dios te ha dado para tu vida? 

¿Dónde estás desanimado? 

¿De qué maneras puedes imaginar que Dios está moldeando tu fe y tu carácter a lo largo de esta etapa de tu vida? 

Teniendo en cuenta que nada es demasiado pequeño o intrascendente, ¿cuál es el siguiente paso correcto que debemos dar hoy?