Inesperado

Nancy Hatcher, escritora voluntaria, South Barrington | 13 de diciembre de 2023

Incluso Isabel, tu pariente, va a tener un hijo en su vejez, y la que se decía incapaz de concebir está en su sexto mes. Porque no hay palabra de Dios que falte".

"Soy la sierva del Señor", respondió María. "Que se cumpla la palabra que me has dado". Entonces el ángel la dejó.
Lucas 1: 36-38


Tenía dificultades para seguir el ritmo de mi vida: una clase dividida de alumnos de 5º y 6º curso y una chica rubia fresa y peleona en casa. De repente, empecé a perder peso, todo ánimo, y finalmente fui al médico esperando un diagnóstico de gripe grave o colon espástico. Después del reconocimiento médico, el doctor salió de la habitación un momento y volvió rápidamente con un papelito con la palabra positivo escrita en negrita. 

"¿Qué significa positivo?" grité. Sonriendo, dijo: "Embarazada positiva". "No, no puede ser. Sólo he venido a por medicinas", dije incrédula. 

Un nuevo ser humano creado por Dios vivía dentro de mí. No era cosa de risa, pero lo hice. 

Imaginemos por un momento el pasaje de hoy. María recibe una noticia bomba de Dios, a través del ángel Gabriel, de que será la madre del hijo de Dios, a pesar de que era virgen y estaba prometida a José. 

Leemos en Lucas 1 que el ángel le dice a María que Dios "la favorece en gran manera", pero Lucas nos dice que María está muy preocupada. Gabriel le explica que Dios mismo plantará a este bebé en su vientre. 

En otras palabras, su cuerpo acunaría al hijo amado de Dios, como se profetiza en Isaías 7:14. Este versículo preanunciaba el acontecimiento y dice que Jesús también se llamaría Emanuel, "Dios con nosotros". Este versículo preanunció el acontecimiento y dice que Jesús también sería llamado Emanuel, "Dios con nosotros". Además de que una virgen se convertiría en la madre de Jesús, Dios afirma que Él residiría en todos nosotros.

Me gusta pensar que María conocía esta profecía y el nacimiento virginal, y, al final de su conversación con Gabriel, responde, 

"Soy el siervo del Señor, que se cumpla tu palabra para conmigo". 

La humilde respuesta de María revela su carácter. Se enfrentaba al ridículo masivo por no estar oficialmente casada, pero confiaba en Dios y en su plan milagroso. Sabía que Dios estaba con ella y que la ayudaría a superar los retos que tenía por delante.

A menudo, Dios nos pide que hagamos cosas, y a veces, nos sentimos ineptos. Hace treinta y cinco años, recibí una noticia inesperada en la consulta de mi médico. Los tiempos de Dios no siempre coinciden con los nuestros, pero Él siempre está con nosotros en nuestro camino. A pesar de lo inusual de la situación, María comprendió y dijo a criar al Salvador del Mundo.

Próximos pasos

  • Dedica tiempo a la oración. ¿Qué te pide Dios hoy?
  • Escucha este clásico, escrito por Mark Lowry; que seas bendecido hoy con las palabras de esta canción.