Su búsqueda

Lindsey Zarob, Directora de Contenidos, Central Ministries | 4 de diciembre de 2023

Porque tanto amó Dios al mundo que le dio a su Hijo unigénito, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvar al mundo por medio de él.
Juan 3:16-17

sino que fue traspasado por nuestras transgresiones
fue molido por nuestras iniquidades;
sobre él recayó el castigo que nos trajo la paz
y por sus heridas fuimos nosotros curados.
Isaías 53:5


"¿De qué estáis agradecidos?", preguntó nuestro jefe de equipo en una reunión. Es una pregunta sencilla, ¿verdad? Una pregunta benigna, como "¿cómo estás? A menudo, respondemos a este tipo de preguntas con una respuesta prefabricada, o al menos yo lo hago. Estoy agradecido por mi familia, mi trabajo y mi salud. Y aunque todas estas respuestas pueden ser sinceras, a menudo son de memoria. ¿Quién tiene tiempo para pensar largo y tendido? Los plazos se acercan y tenemos una agenda que cumplir. 

Pero ese día sentí algo diferente, y mi respuesta fue cualquier cosa menos rutinaria. Con lágrimas en mis párpados inferiores, dije: "Estoy agradecida por Jesús. No me crié en un hogar creyente y, sin embargo, Él me persiguió y todo cambió". Ese momento me pilló un poco desprevenida y, sinceramente, me alegro de trabajar en una iglesia sabiendo que mi respuesta provoca una reacción diferente en este entorno que en otros.

Sin embargo, esa era la verdad a nivel visceral. Cuando tenía 16 años, Jesús se encontró conmigo de una manera innegable. Pasaron varios años hasta que finalmente cedí a su amorosa búsqueda y le entregué mi vida, pero Él nunca se dio por vencido conmigo. Y mi esperanza y oración es que yo nunca renuncie a Él. 

Si fuiste criado en un hogar que honra a Dios o no, es irrelevante. Si hoy sigues a Jesús, es porque Él te persiguió. Su amor implacable le llevó a venir a la tierra de la forma más vulnerable, como un bebé, y a vivir su vida sabiendo que terminaría de la forma más horrible posible, todo para que pudiéramos unirnos a su reino aquí y ahora y en la eternidad. Al comenzar este tiempo de Adviento, preparemos nuestros corazones y nuestras mentes para la venida del Rey. Independientemente de las circunstancias que nos rodean, tenemos mucho que agradecer. 

Próximos pasos

Tómate un tiempo para recordar tu camino de fe hasta ahora. Mira tu calendario y dedica entre 30 minutos y una hora de la próxima semana a recordar todos los hitos importantes y las formas en que Jesús te ha sido fiel.