Jesús se detuvo y dijo: "Llamadle". Y llamaron al ciego, diciéndole: "Anímate. Levántate; te llama". Y arrojando su manto, se levantó de un salto y vino a Jesús. Jesús le dijo: "¿Qué quieres que haga por ti?". El ciego le dijo: "Rabí, que recupere la vista". Jesús le dijo: "Vete; tu fe te ha salvado". Y al instante recobró la vista y y le siguió por el camino.
Marcos 10:49-52

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Las historias de los Evangelios siempre me sorprenden. Aquí tenemos a este ciego llamado Bartimeo a un lado del camino deseando desesperadamente ser curado. Entonces oyó a Jesús y lo llamó. A pesar de que los demás le hacían pasar un mal rato y le decían que se callara, él llamó a Jesús de todos modos. Me encanta que Jesús, plenamente humano pero también plenamente Dios, haga preguntas. Le preguntó a Bartimeo: "¿Qué quieres que haga por ti?". A lo largo de los evangelios, cada vez que Dios hacía un milagro, requería dos cosas: Dios haciendo su parte: poder. Y que los humanos hicieran su parte: actuar. Bartimeo tuvo que levantarse, caminar hacia Dios, y luego decir palabras de fe por su boca. ¿Por qué le preguntó Jesús qué quería si Jesús ya sabía lo que quería? No lo sé. Pero tal vez quería que Bartimeo ejerciera su fe y la expresara con su boca.

Esta historia me recuerda a la de Ezequiel en el valle de los huesos secos (Ezequiel 37:4). Ezequiel se encontró con un valle de huesos secos, y Dios le dijo que hablara a los huesos secos para que vivieran, ¡y volvieron a la vida! Desde el principio de los tiempos, Dios ha dado a la humanidad la autoridad de hablar y declarar cosas de acuerdo con Su voluntad. Por eso nos advierte que debemos domar nuestra lengua (Santiago 3:8). Bartimeo necesitó fe para pedirle a Dios que lo sanara. 

¿Qué estás buscando que Dios haga en esta temporada? Ten fe y pídelo. Aunque otros te lo hagan pasar mal, no dejes que eso te detenga. ¡Háblalo de tu boca y átalo al nombre de Jesús porque él es el que puede cambiar, transformar, hacer nuevo, y levantar a la vida!

Próximos pasos

Nos acercamos al nuevo año. Intenta sacar algo de tiempo en las próximas semanas para reflexionar sobre el año pasado y lo que esperas para el próximo. ¿Hay lugares en los que Dios te está llamando a una mayor fe?