Si vivimos por el Espíritu, dejémonos guiar también por el Espíritu.
Gálatas 5:25 NRSV

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Nuestra iglesia ha pasado las últimas nueve semanas inmersa en Gálatas 5:22-23. He vuelto a recordar que vivir el Fruto del Espíritu no es un logro espiritual, sino una aventura permanente, guiada por el Espíritu. Me han recordado una vez más que vivir el Fruto del Espíritu no es un logro espiritual, es una aventura continua, para toda la vida, guiada por el Espíritu.

Encarnar los rasgos del carácter de Dios -amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, gentileza, fidelidad y autocontrol- no puede simplificarse en una lista de verificación diaria para completar. No es tan sencillo como cepillarse los dientes y usar hilo dental, leer la Biblia por la mañana, terminar bien un proyecto de trabajo, servir semanalmente en la iglesia, cenar con la familia y los amigos o ayudar a un vecino a rastrillar las hojas. ¿O no lo es?

Tú y yo nos parecemos más a Cristo cuando abrazamos su estilo de vida de autocontrol, cuando tú y yo aprovechamos un sí y un no a la vez, guiados por el Espíritu. Nuestra transformación interior tiene lugar en muchos más días ordinarios que extraordinarios. Con eso en mente, ¿qué es más autocontrolado que elegir, recordar y cumplir con las responsabilidades diarias?

Cepillarse los dientes y usar hilo dental forja un carácter piadoso. Leer la Biblia recalibra tu mente, corazón y alma hacia el Señor. Terminar bien un proyecto de trabajo honra el proceso y se asocia con Dios para prepararte para lo que sigue. Servir semanalmente en la iglesia es un ritmo desinteresado que quita la atención de ti y la dirige a tu Padre celestial y a los demás. Cenar con la familia y los amigos aumenta tu capacidad para la comunidad bíblica. Y ayudar a un vecino a rastrillar las hojas cuida de la creación y de sus necesidades.

Cuando nos apoyamos humilde, intencionada y tenazmente en el poder transformador de un sí y un no a la vez, guiados por el Espíritu, el fruto del Espíritu tiene espacio para florecer. Es bien sabido que decir "sí" a una cosa significa decir "no" a otra. Cuando hacemos esto de acuerdo con el Espíritu de Dios y por Su causa, esa es la esencia del dominio propio.

Próximos pasos   

• Escoge una de las responsabilidades cotidianas anteriores, o elige una de las tuyas para trabajar en ella. Deja que el Espíritu te guíe para decir sí y no con claridad, confianza y valentía para crecer hoy en el autocontrol. Cuéntale a alguien cercano a ti, tal vez un amigo de tu Grupo Arraigado, en qué estás trabajando hoy y cuéntale esta noche cómo te fue.
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