El olor del perdón

Dan Lovaglia, Pastor del Campamento Paradise | 5 de octubre de 2023

Seguid, pues, el ejemplo de Dios, como hijos muy amados, y andad por el camino del amor, como Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros como ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.
Efesios 5:1-2


De niño pasé mucho tiempo cerca de los armarios de los conserjes. Mi padre ha mantenido limpios edificios de oficinas toda mi vida. Desde que podía andar, me enseñó a sacar la basura de los demás, fregar suelos, fregar retretes y pasar la aspiradora. Me encantaba salir temprano por la mañana y tarde por la noche para estar con mi padre y participar en su trabajo. Tengo recuerdos vívidos de caminar por aparcamientos muy iluminados, luchar con un llavero, apagar alarmas y dirigirme directamente al armario de suministros de limpieza del conserje. Siguiendo sus pasos, conseguí mi propio trabajo de conserje en el instituto.

Toda una vida de estar dentro y alrededor de los armarios de los conserjes me enseñó algo: hay un olor distinto cuando se trata de estar limpio. Entra y huele la mayoría de los armarios de escobas o cuartos de barro y sabrás a lo que me refiero. Puede que no aprecies el penetrante aroma a "limpio" como yo, pero será inolvidable, y te garantizo que es mejor que la alternativa. Si vas un paso más allá, encontrarás una poderosa lección sobre cómo debe oler el perdón.

¿Se ha dado cuenta de que Efesios 5:1-2 es una continuación del capítulo cuatro? Efesios 4:32 dice: "Sed amables y compasivos unos con otros, perdonándoos mutuamente, como Dios os perdonó a vosotros en Cristo". Las Escrituras elaboran con un imperativo para imitar a nuestro Padre celestial. Se nos instruye para que demostremos abnegación al igual que Jesús, para que estemos impregnados de una compasión, un perdón y un amor inconfundibles. Porque hemos sido hechos limpios, debemos oler a perdón limpio como una ofrenda agradecida a Dios y como Sus testigos en el mundo.

Esto puede sonar extraño, pero creo que la gente debería sentir una bocanada de cómo huele el perdón cuando están cerca de ti y de mí. Deberían poder observarnos -lo que decimos, hacemos y dejamos de hacer- y ver al Padre celestial en acción. Jesús es nuestro ejemplo perfecto, pero aun así no tuvo ningún problema en lavar los pies sucios(Juan 13:1-17). Debido a que hemos sido limpiados a los ojos de Dios, estamos llamados a amar y servir a los demás desde el desbordamiento que hemos recibido. 

¿Y quién sabe? Puede que el aroma del perdón comience cuando tú y yo sigamos el ejemplo de nuestro Padre, nos acerquemos más a los armarios de los conserjes y frieguemos más retretes.

Próximos pasos   

  • En respuesta al perdón de Dios, tómate tiempo para empezar (o volver a empezar) a servir a la gente. Echa un vistazo a las oportunidades para devolver en willowcreek.org/serving.
  • Para seguir reflexionando sobre a qué debe oler el perdón, profundiza y analiza cómo seguir el humilde ejemplo de Jesús en Filipenses 2:1-18.