Su Presencia
Kerri Ash, escritora voluntaria, South Barrington | 17 de octubre de 2023
Tú me mostrarás el camino de la vida, concediéndome la alegría de tu presencia y los placeres de vivir contigo para siempre.
Salmo 16:11
"Mi corazón te ha oído decir: "Ven y habla conmigo". Y mi corazón responde: "Señor, ya voy".
Salmo 27: 8
Dios está siempre presente con nosotros, tanto si nuestra atención está puesta en Él como si no. Pero a veces queremos prestarle nuestra atención y recibir la suya a cambio. Y lo hacemos a través de la oración.
Cuando entro en la presencia de Dios, sé que Él está encantado de verme, pero no siempre fue así. Durante mucho tiempo, mi alegría al sentarme con Él dependía de cómo lo veía.
Durante la mayor parte de mi joven vida, sentí que el objetivo de Dios era señalar mis imperfecciones, prestando atención sólo a mis defectos para asegurarse de que yo supiera que necesitaba cambiar. Así que puedes entender por qué no me sentía muy inclinada a visitar Su presencia: ¡me iba sintiéndome peor conmigo misma!
La verdad era que tenía problemas de identidad. Su identidad y mi identidad.
Y estos problemas de identidad afectaron mi experiencia de Su presencia y mi deseo de estar allí.
Cómo vemos a Dios y cómo nos vemos a nosotros mismos están delicadamente entrelazados. A menudo, asignamos a Dios nuestras propias emociones y experiencias humanas, como "yo estoy irritado conmigo, así que Dios también debe estarlo", en lugar de creer la verdad sobre Él y sobre nosotros en Su Palabra.
He aquí algunas verdades a tener en cuenta mientras estableces tu visión de Dios:
Él mira nuestros corazones. (1 Sam 16:7) No es de los que se apegan a nuestras obras, Él mira nuestro corazón detrás de ellas (¡referencia a toda la historia de David!). Si nuestro corazón es para Él y deseamos ser guiados por Su Espíritu Santo, ¡Él está completamente encantado con nosotros!
Él valora la hospitalidad. (Lev 33-34) Tanto si aparecemos una vez cada 10 minutos como una vez cada 10 años, Él se alegra cada vez. Siempre. Él quiere una relación con nosotros.
En Cristo no hay condenación. (Romanos 8:1) Aunque las hayamos oído de un padre humano, Él nunca pronunciará las palabras "Te lo dije" o "Debiste haberlo sabido". Si compartes con Él un fracaso, Él te amará a través de él, y Su Espíritu Santo te recordará (Juan 14:26) quién eres, de Quién eres, y cuán amado eres. (Salmo 139)
Próximos pasos
Cuando tengas un momento de tranquilidad, imagínate entrando en la presencia de Dios; esto puede ocurrir en cualquier lugar que imagines: en una playa, en un jardín, en tu casa. Observa su reacción cuando llegues. ¿Cómo es Él? ¿Cómo te ve? Si la imagen que tienes de Él no está repleta de bondad, paciencia, amabilidad, gracia y amor incondicional por el hijo asombroso que ha creado, quizá debas plantearte revisar tu comprensión tanto de su identidad como de la tuya.