Sigue nadando río arriba

Dan Lovaglia, Pastor del Campamento Paradise | 7 de septiembre de 2023

Por tanto, os exhorto, hermanos y hermanas, en vista de la misericordia de Dios, que ofrezcan sus cuerpos como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios; éste es su verdadero y propio culto.
Romanos 12:1

 


"Esta vez se va a cumplir". Me lo he dicho más veces de las que puedo contar. Lo he rezado. Lo he escrito en un diario. Incluso lo he dicho en voz alta, con la esperanza de que se hiciera realidad. No importa si aumento el nivel de lectura o hago ejercicio con más regularidad, o si me comprometo a amar, perdonar y celebrar con regularidad en respuesta al favor de Dios. El hecho es que, por mi cuenta, tengo un sólido historial de empezar en un nuevo camino y terminar en el mismo viejo patrón.

Llevamos cinco semanas profundizando en la parábola de Jesús sobre el hijo pródigo. Una parte de mí está entusiasmada con lo que he descubierto sobre el amor del Padre celestial y deseosa de responder con gratitud. Después de todo, el hijo menor se dio la vuelta por completo y fue recibido en casa con los brazos abiertos. Y al hermano mayor no se le regañó por estar amargado, sino que se le invitó a entrar para perdonar y festejar.

Esta imagen de la vida en la familia de Dios y de la realidad del cielo es digna de alabanza constante, diaria y para toda la vida. Ambos hijos tuvieron la oportunidad, y las razones, para honrar plenamente al Padre celestial con sus vidas hacia adelante. Pero, aunque me cueste admitirlo, sé que sin alguien que me desafíe a pensar, sentir y responder de forma diferente, naturalmente me centraré más en mí mismo en lugar de en quién es Dios, en lo que ha hecho y en lo digno que es de mi adoración. Necesito que alguien me diga: "Sigue nadando contra la corriente", y apuesto a que tú también.

En Romanos 12:1, Pablo nos llama a todos, no con una orden, sino con un desafío. Comienza instándonos -exhortándonos, suplicándonos, animándonos con fuerza- a seguir nadando contra la corriente, alejándonos del camino del mundo. Nuestra adoración debe ser un modo de vida que nos haga avanzar como seguidores de Jesús. Porque hemos sido perdonados y renovados por Dios, ¿cómo podemos evitar honrarle con todo nuestro ser? No adoramos para obtener el favor del Señor; ya nos lo ha concedido gratuitamente. Mucho más allá de presentarnos el domingo, cantar algunas canciones, escuchar la enseñanza de las Escrituras e ir a almorzar, Pablo nos pide que seamos sacrificios vivos toda la semana, semana tras semana, año tras año, hasta que el Señor regrese.

Próximos pasos 

Si queremos que la adoración como forma de vida se mantenga, tú y yo necesitamos un estímulo constante para evitar quedarnos estancados en la rutina. Habla con un amigo sobre cómo vivir la adoración a Dios diariamente, no sólo los domingos.

 

[addtoany-custom btntext="Compartir esta entrada"] Volver al blog