Una gran pregunta, una gran palabra

Nancy Hatcher, escritora voluntaria, South Barrington | 6 de septiembre de 2023

Pero debemos dar siempre gracias a Dios por vosotros, hermanos y hermanas amados por el Señor, porque Dios os eligió como primicias para salvaros mediante la obra santificadora del Espíritu y la fe en la verdad.
2 Tesalonicenses 2:13


Como joven creyente, siempre parecía tener un trillón de preguntas, la mayor de las cuales era esta: "Si me llamo cristiano, ¿por qué sigo pecando?".

En otras palabras, si el Espíritu Santo reside dentro de mí, ¿por qué hago daño a la gente, me enfado y hago el mal?

Por supuesto, ni una sola vez pregunté a mis padres porque no creía que supieran nada durante esta etapa de mi vida. Así que se lo pregunté a un amigo del instituto, un seguidor declarado de Cristo al que admiraba. Recuerdo su cara de estupefacción mientras se sentaba y terminaba su almuerzo sin responder.

En realidad, Pablo, en Romanos 7:23, dice que aunque se deleita en la ley de Dios, ve otra ley que libra una guerra en su mente haciéndole prisionero del pecado. 

Incluso Pablo era un pecador como yo.

Pero esta idea de la "obra santificadora del espíritu" seguía siendo un misterio.

Después de jubilarme, por fin pude tomar una clase de discipulado en nuestra iglesia. Aprendí que la santificación es el proceso de parecernos más a Jesucristo a medida que crecemos y maduramos en Él. El proceso finalmente se completará cuando nos encontremos con Jesús en el cielo.

Este verano tuvimos la alegría de dar la bienvenida a dos nuevos nietos a nuestra familia. En la primera semana de vida, noté que empezaban a mantener la cabeza erguida; incluso me imitaban cuando les sacaba la lengua. Pero crecer lleva su tiempo, al igual que madurar en Cristo.

¿Alguna vez has sentido la atracción y la batalla del pecado creando conflicto? Hay perdón para tus ayeres y esperanza para nuestros hoyes y mañanas porque tenemos al Espíritu Santo, nuestro ayudante momento a momento.

Algunos días, todavía siento que doy dos pasos adelante y uno atrás espiritualmente. Pero cada mañana, al salir el sol, levanto la vista y doy la bienvenida al Espíritu Santo para que acceda a mi alma. Y créeme, persigue mi pecado con tremendo gusto. 

Cuando confieso, me arrepiento y giro en una nueva dirección, percibo su sonrisa y alegría, mientras me limpia. Y todo lo que puedo hacer es abrir de nuevo mis manos en gratitud por su amor redentor. 

Próximos pasos 

En 2 Tesalonicenses 2:7-8, Pablo nos advierte de que la anarquía se extendería. Nos pide que "permanezcamos firmes". ¿Qué significa eso para ti? Tal vez necesites echar raíces más profundas en el estudio de la Biblia y la oración. Si no has participado en Arraigados, considera unirte a un grupo.