Llamada y seguridad

Kathryn Tack, escritora voluntaria, South Barrington | 21 de julio de 2023


"A Aquel que es poderoso para guardaros sin caída y presentaros ante su gloriosa presencia sin falta y con gran alegría: al único Dios, nuestro Salvador, sea la gloria, la majestad, el poder y la autoridad, por Jesucristo nuestro Señor, antes de todos los siglos, ahora y por siempre. Amén".   

Judas 24-25

De pequeño, recuerdo lo imposible que le resultaba a mi madre vigilarnos a todos. Pero sabía que detrás de ella estaba mi padre, que me protegía de los contratiempos. Mi padre estaba allí cuando di mi primer paso. Mientras yo era débil, mi padre era muy fuerte. La conciencia de estar protegida así me animaba a correr y a seguir levantándome después de tropezar. Tengo suerte de tener estos recuerdos. 

La Escritura de hoy es de la carta de Judas, y es una de mis favoritas, quizá porque era medio hermano de Jesús y, como yo, fue escéptico durante muchos años sobre las afirmaciones de Jesús. Tras la resurrección de Jesús, Judas se convirtió en creyente y se mantuvo firme en su fe, defendiendo la verdad de Dios a toda costa. De la misma manera, me llevó tiempo y las oraciones de muchos miembros de mi familia llevarme a Cristo. Pero una vez que Jesús abrió mis ojos a lo que Él es, nunca he vacilado.

Tuve la suerte de tener un padre terrenal que me dio un hermoso ejemplo. Aun así, la verdad es que todos tenemos que hacer una elección para entrar en esta vida con nuestro Padre Celestial, que nos acepta completamente tal como somos y que está dispuesto a presentarnos, a través de Su Hijo, impecables ante Su trono con gran alegría. Cuando lo elegimos a Él, nosotros, como Judas, podemos celebrar que Dios nos guarda. Ahora bien, yo no puedo entender hasta qué punto Dios tiene que llegar para sostenernos a cada uno de nosotros hasta el final, pero una vez que lo recibimos, podemos quedarnos asombrados de Su voluntad de hacerlo y con gran alegría.

Judas cierra su carta con unas palabras que suelen pronunciarse como bendición al final de muchos servicios religiosos. Estoy increíblemente agradecido por ellas. Estas palabras son tan ricas. Cuando oigo a un pastor empezar a pronunciarlas, cierro los ojos y las asimilo. Satisfacen mi alma. Necesito que Dios me recuerde que mi seguridad no depende de mí. No necesito temer alejarme de Dios, porque descanso en Su poder y no en el mío. Qué estímulo para mi alma sedienta al final de la semana. Me asegura que Dios es fiel y capaz de aferrarse a mí. 

Próximos pasos 

En nuestro camino espiritual, a veces nos preguntamos si Dios está realmente con nosotros. Una cosa es cierta: Dios es fiel. De principio a fin, la Biblia señala a Jesús, y esta poderosa carta de Judas también señala a Jesús como el único y la única persona que puede evitar que tropecemos para que podamos presentarnos a Dios puros.

Pasa tiempo en Su presencia meditando en estas palabras "Ahora a Él ......." Al hacerlo, celébralo.