En caja

Laurie Buffo, escritora voluntaria, South Barrington | 20 de julio de 2023


Sé misericordioso con los que dudan; salva a otros arrebatándolos del fuego; a otros muéstrales misericordia, mezclada con temor, odiando incluso la ropa manchada por la carne corrompida.

Judas 22-23

Hay dos maneras de trivializar la gracia. La primera es la que Judas advirtió: usar la gracia como una licencia para pecar. Pisoteamos la gracia cuando hacemos descaradamente cosas de las que hemos sido liberados mientras contamos con el perdón. La segunda es atarnos en nudos, tratando de ser lo suficientemente buenos para no necesitar la gracia. Creo que un amigo mío enfocó el cristianismo de la segunda manera. 

Mi amiga me dijo que dejaba la fe porque la sentía como una pequeña caja que la constreñía. Al principio, me limité a escuchar. Luego le conté que a mí me había pasado lo contrario. Mi experiencia fue que Jesús me ayudó a liberarme de la caja de la vergüenza en la que me encontraba antes de conocerle. En las conversaciones siguientes, me dediqué sobre todo a escuchar. Creo que el problema es que ella nunca se enamoró de Jesús y nunca dejó que la gracia le cambiara las reglas del juego. El cristianismo puede sentirse como una prisión de reglas y regulaciones sin estas dos cosas.  

Mi amiga no se parece a los individuos que Judas condenó. No intenta socavar mi fe. Respeto igualmente su camino para comprender a Dios. Aun así, el pasaje de hoy captó mi atención. Me hizo preguntarme si debería hacer algo más que amar y rezar por mi amiga.

Judas nos anima a adoptar una actitud misericordiosa en tales situaciones. No debemos autoproclamarnos jueces. Aunque algunos odien admitirlo, todos tenemos momentos de duda. Teniendo esto en cuenta, podemos ser misericordiosos cuando otros vacilan más significativamente. Al mismo tiempo, no debemos ser apáticos. Debemos tomarnos en serio el juicio de Dios. Además, Judas nos advierte que no permitamos que el pensamiento desviado de otros ponga en peligro nuestra fe y nos recuerda que no debemos restar importancia al pecado. 

El libro de Judas, con su inquietante discurso sobre el juicio, requiere trabajo para digerirlo. Su estudio me ha recordado la gravedad de la situación de mi amigo. Habiendo sido despertado por Judas, rezaré por el enfoque correcto y las palabras de sabiduría para mi amigo.

Próximos pasos 

Cuando tu dependencia de la gracia se descentra, ¿hacia qué extremo del espectro te inclinas? ¿Eres del tipo "actúa ahora, pide perdón después" o del tipo "debo ser perfecto"? ¿Cómo afectan estas actitudes a tu receptividad al amor de Dios?

Anne Lamott dijo: "Lo contrario de la fe no es la duda, sino la certeza". Las dudas ocasionales no nos hacen infieles; nos hacen humanos. ¿Puedes aceptar el desorden de la fe? Por otro lado, ¿qué impide que nuestros titubeos se conviertan en desconfianza que quebranta la fe? Si quieres una pista, consulta el versículo 21.

¿Conoces a alguien que se haya alejado de la fe? ¿Cuál es la mejor manera de apoyarle?