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"¡Qué pena os espera a vosotros, maestros de la ley religiosa, y a vosotros, fariseos! ¡Hipócritas! Porque cerráis en las narices a la gente la puerta del Reino de los Cielos. Vosotros mismos no entráis, y tampoco dejáis entrar a los demás".

Mateo 23:13-15

En el libro de C.S. Lewis, Las cartas de Screwtape, vemos un diálogo entre Screwtape, un demonio superior al servicio de Satanás, y su sobrino, Ajenjo. La conversación se refiere a un hombre cristiano al que Wormwood ha sido asignado para conducir por el mal camino y alejarlo del "Enemigo". En algunos de esos capítulos, Screwtape aconseja a Wormwood sobre la mujer con la que este hombre comienza a encontrarse románticamente, que también es cristiana, y muy devota. Aunque ella tiene muchos rasgos que Screwtape considera increíblemente inútiles en su tarea de llevar a este hombre por el mal camino, encuentra uno en ella que considera muy útil y sugiere: "¿Puedes conseguir que imite este defecto en su amante y que lo exagere hasta que lo que en ella era venial se convierta en él en el más fuerte y hermoso de los vicios:el Orgullo Espiritual?".

A través de este vicio, Ajenjo habla del instinto tan humano de tener una mentalidad de "nosotros contra ellos". El grupo que conforma el "nosotros" puede creer cosas verdaderas y reales que Dios ha dicho a través de Sus escrituras, pero el "nosotros" también puede separarse de "ellos", creyendo que lo que este grupo particular de "nosotros" cree es más elevado, más avanzado, más matizado y más sofisticado que cualquier otro. De alguna manera, "nosotros" tenemos acceso a más conocimientos y a una "verdad" más actualizada que cualquier otro, lo que hace imposible que "ellos" entren en este espacio. 

Al leer Mateo 23, vemos que algunas de las palabras más duras de Jesús fueron para aquellos que impedían y distraían a la gente de experimentar verdaderamente una relación con Dios. No sólo los maestros de la ley religiosa y los fariseos sostenían reglas erróneas que imponían una pesada carga sobre el pueblo de Dios, sino que estas reglas ni siquiera los salvarían después de haberse esforzado tanto durante toda su vida.

Por eso, cuando Jesús dice: "Mi yugo es fácil y mi carga ligera" (Mt. 11:30), podemos encontrar libertad en todo lo que Él ha hecho por nosotros. No hay nada que podamos hacer para ganarnos la salvación o una posición ante Dios. Todo depende de la cruz, y en ella podemos someternos humildemente al camino de Jesús y librarnos así del orgullo espiritual. 

Próximos pasos 

1. Estos últimos años han suscitado algunos sentimientos polémicos y fuertes entre distintos bandos de personas. En términos muy básicos, piense en los diferentes términos y nombres de formas en que las personas pueden categorizarse a sí mismas o a los demás. 
2. ¿Hay personas en tu vida a las que describirías como difíciles, imposibles o sin esperanza? Tómate un momento para caminar con Dios a través de tus pensamientos y sentimientos en esta área. Aunque puede que no estés llamado a una acción concreta, y de hecho puede que haya relaciones en las que la acción no sea el recurso más sabio, tómate un tiempo para reflexionar sobre este versículo: "Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: Cristo murió por nosotros siendo pecadores" (Romanos 5:8).  

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