Hay países en todo el mundo en los que los ciudadanos siguen luchando por el derecho al voto, por la libertad de expresión y por la libertad religiosa. Estamos más que bendecidos por tener estas libertades, y honramos a aquellos que han pagado el coste definitivo por perseverar en ellas. 

En un discurso del Día de los Caídos en 1982, en el Cementerio Nacional de Arlington, el Presidente Regan dijo: "Sus vidas nos recuerdan que la libertad no se compra barata. Tiene un coste; impone una carga. Y así como ellos, a quienes conmemoramos, estuvieron dispuestos a sacrificarse, también nosotros -de una manera menos definitiva y menos heroica- debemos estar dispuestos a dar de nosotros mismos."

Cuando veamos las banderas americanas hoy, antes de las reuniones y las barbacoas, hagamos una pausa y recordemos el coste, y recemos por las familias que todavía están de luto. 

"Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos". -Juan 15:13